Así nació Denais

En 2017 le detectaron un cáncer a nuestra madre. Ella que nunca había estado enferma, y diagnosticada de cáncer… y la cosa no pintaba nada bien.

Por suerte, nuestra sanidad pública es la bomba y gracias a un equipo médico inmejorable, la fuerza bestial de nuestra madre y que la suerte estuvo de nuestro lado, hoy está limpita y perfectamente.

Pero la situación, el proceso, fue muy intenso y eso nos cambió a tod@s un poco. Mónica estaba embarazada, ¡el primer nieto de la familia! Nuestro hermano viviendo entre Barcelona y Bogotá, por temas laborales, y yo, Belén, en A Coruña. Te puedes imaginar el percal…

Mónica sobrellevó el embarazo, como pudo, entre la alegría enorme de convertirse en mamá y el miedo de perder a la suya. Nuestro hermano, Willy Fogg, viajó más durante esos meses que en toda su vida junta. Y yo dejé A Coruña y me vine a vivir al pueblo.

Fueron meses muy duros en los que, sin nosotras saberlo, empezaba a gestarse Denais.

Nuestra madre es costurera, y de las buenas, y nosotras siempre habíamos querido aprender a coser. Pero a coser de verdad, no a poner un botón de aquella manera o a hacer un remiendo, medio mal hecho… Y nunca es tarde para aprender, pero mejor no ir posponiendo demasiadas cosas, no sea que te quedes sin tiempo para hacerlas…

Así que si a toda esta situación, le sumamos un panorama laboral complicado y nuestras recientes maternidades, encontramos el impulso final para emprender.

No teníamos ganas de jornadas laborales interminables y nada compatibles con la crianza de nuestr@s peques, ni con los cuidados de nuestra familia. Y sabemos que le vamos a echar mil horas, de hecho, se las estamos echando, pero podemos organizar nuestros horarios y compatibilizarlos con nuestra vida familiar y personal. Y trabajar las dos juntas, además de ser un placer, nos facilita mucho la vida.

Esta es una pequeña parte de la historia de Denais. Es una historia como muchas otras… pero es la nuestra y es bonita. El resto nos encantaría escribirlo contigo… ¿Nos acompañas?